La terapia IFS (Sistemas de la Familia Interna) se basa en un modelo plural de la mente, que reconoce que todos tenemos un sistema interno compuesto por diversas partes que interactúan entre sí y con el entorno. Además, contamos con un recurso central llamado «Self», que no es una parte, sino un estado de equilibrio, curiosidad y compasión. El objetivo de la IFS es conectar con el «Self» para sanar nuestras partes heridas, permitiéndonos vivir con confianza, guiados por la curiosidad y la compasión.

La terapia IFS ha sido un gran avance en el tratamiento del trauma, al reconocer que todas nuestras partes son valiosas, aunque algunas adopten roles extremos para protegernos del dolor y la decepción. Entender el papel que han tenido en nuestra supervivencia y liberar los traumas originales fomenta la autocompasión y la armonía interna. Aceptar que todas nuestras partes son bienvenidas resulta transformador, abriendo el camino hacia la autoaceptación y el liderazgo del Self.