La terapia familiar sistémica proporciona un espacio seguro para expresar emociones, identificar patrones negativos de comportamiento, desarrollar habilidades de afrontamiento, prevenir problemas futuros y promover la resiliencia. Involucra a todos los miembros de la familia en el proceso terapéutico y aborda problemas relacionados con dinámicas familiares o conflictos en el hogar. Esta terapia se adapta a las necesidades específicas de cada familia y puede ser una parte importante de la mejora de la salud mental y emocional de los niños. Desde la terapia familiar sistémica se enseñan nuevas formas de comunicación con la que los menores puedan comunicarse de forma asertiva y empática con sus familiares y amigos.